"Queridos hermanos, que grato es para mi saludarlos de nuevo y desearles que el Señor resucitado los colme de un mar de bendiciones.
Hermanos quiero hacerles participes de mi reflexión en torno a la vida que llevamos y a la pascua que celebramos cada año. ¿retrocedimos?, ¿Nos estancamos?, ¿Crecimos?, pues me atrevo a pensar que si hacemos un balance a la luz de la Palabra de Dios, tenemos que aceptar que hay mucho camino por recorrer y muchos cambios por hacer, creo que el Señor nos invita a rescatar valores, virtudes y talentos , que de pronto hemos abandonado, reemplazado o enterrado. Partiendo de la carta a los Efesios capitulo 4, y de la oración de la Paz, es muy posible que no estemos respondiendo radicalmente a la vocación cristiana a la que hemos sido llamados, y vivamos costumbres paganas y materialistas. cada uno sabrá hasta que punto. por ejemplo: La humildad a veces es absorbida por la arrogancia, prepotencia y autosuficiencia; la amabilidad por la falta de cortesía y la grosería, la paciencia por la impaciencia y la ira, el diálogo por el monólogo, el amor por el odio, la indiferencia y el resentimiento, la paz por la violencia y la agresividad, el perdón y la reconciliación por el rencor; la fe por la indiferencia espiritual, la unidad por la división, la alegría por el desánimo y la vulgaridad, la comprensión por la falta de tolerancia y el compartir por el egoismo y la tacañería, la vida con Dios por la vida con el mundo, la felicidad verdadera por los placeres de la carne. por el poder y el dinero.
A muchos les importa mas no perder una rumba, que participar de una oración, se cambia la integración familiar por la esclavitud al internet y a la televisón entre otros. los invito entonces a que vivamos el misterio pascual y su celebración concreta en la pascua de resurreción que se sitúa como el centro del culto y la vida misma de la iglesia, porque constituye: la culminación de la Obra de Cristo en la glorificación. La celebración gozosa de nuestra propia liberación del pecado y del mal; fiesta de la verdadera libertad, celebración de la vida que viene de Dios y que nos hace hombres nuevos. Celebración de la luz y de la alegría, pues todo se ilumina por esa luz y verdad que es Cristo. Celebración de la esperanza y el optimismo cristiano, que no da la seguridad de la meta que esperamos.
Que ésta pascua de Cristo resucitado, nos traiga el gozo de una vida nueva y el ánimo de seguir avanzando y creciendo en la fe y el amor". Fray Cesár Peñon
Hermanos quiero hacerles participes de mi reflexión en torno a la vida que llevamos y a la pascua que celebramos cada año. ¿retrocedimos?, ¿Nos estancamos?, ¿Crecimos?, pues me atrevo a pensar que si hacemos un balance a la luz de la Palabra de Dios, tenemos que aceptar que hay mucho camino por recorrer y muchos cambios por hacer, creo que el Señor nos invita a rescatar valores, virtudes y talentos , que de pronto hemos abandonado, reemplazado o enterrado. Partiendo de la carta a los Efesios capitulo 4, y de la oración de la Paz, es muy posible que no estemos respondiendo radicalmente a la vocación cristiana a la que hemos sido llamados, y vivamos costumbres paganas y materialistas. cada uno sabrá hasta que punto. por ejemplo: La humildad a veces es absorbida por la arrogancia, prepotencia y autosuficiencia; la amabilidad por la falta de cortesía y la grosería, la paciencia por la impaciencia y la ira, el diálogo por el monólogo, el amor por el odio, la indiferencia y el resentimiento, la paz por la violencia y la agresividad, el perdón y la reconciliación por el rencor; la fe por la indiferencia espiritual, la unidad por la división, la alegría por el desánimo y la vulgaridad, la comprensión por la falta de tolerancia y el compartir por el egoismo y la tacañería, la vida con Dios por la vida con el mundo, la felicidad verdadera por los placeres de la carne. por el poder y el dinero.
A muchos les importa mas no perder una rumba, que participar de una oración, se cambia la integración familiar por la esclavitud al internet y a la televisón entre otros. los invito entonces a que vivamos el misterio pascual y su celebración concreta en la pascua de resurreción que se sitúa como el centro del culto y la vida misma de la iglesia, porque constituye: la culminación de la Obra de Cristo en la glorificación. La celebración gozosa de nuestra propia liberación del pecado y del mal; fiesta de la verdadera libertad, celebración de la vida que viene de Dios y que nos hace hombres nuevos. Celebración de la luz y de la alegría, pues todo se ilumina por esa luz y verdad que es Cristo. Celebración de la esperanza y el optimismo cristiano, que no da la seguridad de la meta que esperamos.
Que ésta pascua de Cristo resucitado, nos traiga el gozo de una vida nueva y el ánimo de seguir avanzando y creciendo en la fe y el amor". Fray Cesár Peñon
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