Si hay algo que debe hacer el ser humano cada día que se levanta, es agradecer por ese día y esa nueva oportunidad de respirar, esa esperanza de poder seguir caminando y disfrutando de las cosas buenas que tiene la vida. Por esta razón, queridos hermanos, debemos ser agradecidos con nuestro Padre Celestial, exaltar su nombre cada día por la oportunidad que nos da de aprender, de disfrutar y de servir, de ser útiles para su creación. Dicen por ahí que "la gratitud es el umbral de la abundancia". Cuando tu eres agradecido cosecharas más de lo que esperas.
En la Biblia podemos encontrar un pasaje donde Jesús sana a diez leprosos, y solo uno de ellos se devolvió a darle las gracias y a glorificar el nombre de Jehová y no solo recibió sanidad, sino que recibió algo más, fe para su salvación (Lucas 17:12). Hermanos en vez de quejarnos tanto por lo que nos pasa, por lo que no tenemos o nos hace falta, glorifiquemos y demos gracias al Señor por la oportunidad que nos da de crecer, por la esperanza (recordemos que la esperanza no averguenza), por su fuerza y fortaleza para seguir confiando y creyendo en él. Si haces esto van a ocurrir cosas maravillosas en tu vida, porque el corazón de Jehová Dios va a estar complacido (sin fe es imposible agradar a Dios). Cuando damos gracias estamos dando por sentado de que todo será y es así y como dijo el profeta Isaías "Sacaréis con gozo aguas de la fuente de la salvación" (recuerden la que recibió el reposo agradecido). Canta y aclama el nombre de Jehová y agradécele por su amor y su misericordia y regocijate en su presencia, tu vida cambiará y tu hermano notarás la diferencia de una persona agradecida a una que no hace sino estarse quejando hasta porque le pasan cosas buenas.
Dios nos provee conforme a sus riquezas en gloria, agradece cada día y cada oportunidad que tengas para hacerlo y estarás recibiendo abundancia espiritual de parte de Dios y recuerda lo mejor está por dentro.
GRACIAS DIOS, por permitirme llegar a los hermanos por este medio, derrama sobre ellos tu misericordia y tu gracia Señor.
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